Somos el tiempo que nos queda, viajamos de mente en mente en el pensamiento de la gente. La relación espacio-tiempo desaparece por razones meramente científicas. La arena no tiene lugar, sino un periodo de formación que comienza en la sedimentación y acaba en un viaje a través del viento, en un lugar desconocido. Un lugar en su recorrido temporal es el objeto de nuestro proyecto, que se puede resumir en 3 operaciones: "Atrapar, esparcir y acumular" Atrapamos arena y generamos dunas, esparcimos arena y generamos caminos, por último, acumulamos arena y construimos un espacio. Un espacio artificial generado por la colocación de obstáculos, a sabiendas, que es cuestión de tiempo, que una débil ráfaga de viento, lo haga desaparecer.
No estamos solos. También hay arena en un planeta vecino, Marte. La posibilidad de construcción en este lugar pasa por la arena, ya que transportar 1 kg de cualquier material supone un coste económico incalculable. Quizás irse a Marte o construir con arena sea una posible solución a la crisis.